Al principio no entendía la afición de Mayra por mantener "relaciones" con hombres mucho más jóvenes que ella, hasta que surgió por arte de magia Darío, él salió de la Nada y del Mundo. ¿La diferencia de edad? para que mentir, bastante, eso entre otras cosas como su espontaneidad, su fuerza y su alegría, y como no, su cuerpo era lo que me alentaban las ganas de repetir nuestros encuentros. Cada uno era diferente, él descubría en ellos habilidades maravillosas, era el rey del cunilingus, la primera vez que ví su sexo me asusté, creí que sería incapaz de albergarlo, pero me equivoqué gratamente, en cada embestida me hacía sentir un placentero dolor que me atrapaba, me enganchaba y todavía no había salido de mí cuando quería volverlo a tener dentro.Me daba igual compartir estos momentos con él un una cómoda cama que en su coche penetrándome al ritmo de Lady Gaga, mientras me destrozaba las entrañas y mis pechos botaban fuera de sí y de cualquier buen sujetador que se preciera. Era todo tan fresco, tan joven que el sexo con él era como renacer, que grata la espera para el recibimiento de la próxima fé de bautismo.