jueves, 2 de diciembre de 2010


A Mayra le tengo un cariño especial, ella es un personaje de papel, en mi mente ella tiene un aspecto salvaje, totalmente arrebatador, en ella no tiene sitio la frivolidad, es cálida y generosa. Cualquier hombre la desearía porque ella ofrece sin parar, no necesita recibir, ya lo tiene todo. Tan divina y humana a la vez, capaz de salir de lugares a los que yo  jamás hubiese entrado, eningmática incluso para ella misma. Basada en una mujer real difícil de encontrar, pero yo sé que al menos una hay por ahí, algunos hombres que la conocieron me hablaron de ella es por eso que la pude imaginar. Ella es feliz, vivaracha, contagia alegría y energía, se alimenta de la pasión de los que la rodean, y la desprende luego por los poros de su piel erotizando cualquier estancia o ambiente en donde pueda estar.
A menudo cuando escribo pienso en ella, casi todos los personajes femeninos que creo tienen una gran afinidad con Mayra. Me haría ilusión sentarme frente a ella y compartir una tarde delante de una taza de café, seguro que tiene muchas cosas que contarme..., yo sí la escucharía. Ella es mi mejor amiga, ¿se puede querer tanto a un personaje de papel?