domingo, 27 de marzo de 2011

En el Agua.


La tarde de hoy era algo distinta, la mañana había sido un poco oscura y después del mediodía la tormenta se dejó caer. Decidió aprovechar el momento y salir a dar una paseo. Aún lloviznaba, se puso unos vaqueros con unos deportivos y un chubasquero y empezó a subir la ladera camino del lago, deseando que Héctor estuviera allí nadando como cada tarde, el verlo la haría sentir mejor, algo más viva.
Llegó agotada, allí no había nadie, cansada y con sensación de calor decidió darse un baño, se desnudó, dejando la ropa en la orilla y se zambulló en el agua, nunca había nadado desnuda, la sensación era muy agradable, le pareció volar. No se dió cuenta de que había alguien observándola desde la orilla, viendo sus movimientos al nadar y descubriendo su desnudez cuando sus pechos o sus nalgas asomaban a la superficie. De repente escuchó como si hubiera caído una piedra al agua, miró a la orilla y vió otro montón de ropa junto al suyo, algo le rozó las piernas y Héctor apareció a su lado, se miraron y él la besó en la boca. Por un instante Carmen no pensó absolutamente en nada sólo en los labios y en los ojos de Héctor, nadaron hasta donde podían hacer pie. El sólo le hizo una pregunta:-Me miras todas las tardes como voy y vuelvo de una orilla a la otra ¿por qué? Carmen le respondió:-No lo sé. Y rodeó la cintura de Héctor con sus piernas. Le encantó sentir sus manos sobre su cuerpo y cada vez que su boca se separaba de ella le parecía toda una tragedia, hubo un momento en que incluso llegó a odiar al poco agua que se interponía entre ellos, sólo tenía ganas de sentirlo lo máximo posible. Era algo totalmente excitante adivinar su cuerpo bajo el agua, notar la suavidad de su penetración en el agua acompañada de un pequeño oleaje entre los dos mientras aún seguía lloviendo.