lunes, 7 de febrero de 2011

Fragmento de "Así somos los tíos".


Las cosas empiezan y se acaban sin más, entre nosotros hubo un porqué, pero ¿Cómo sucedió?. Yo la verdad, aún me lo pregunto, ya se sabe que una lleva a otra y lo que un día es una aventura insignificante se convierte en dos y luego en una larga lista de nombres para los cuáles te tienes que comprar una agenda, por supuesto no fui tan tonto como para hacerlo, hubiera sido una presa fácil. Marta nunca se fijó excesivamente en mí, eso sí, siempre me mantuvo bien limpio y planchado, pero… quizá fue esa falta de celo, esa seguridad que tenía en mí la que me llevó a sentir la necesidad de ser deseado por una mujer que no fuera ella, tenía que corroborar mi autoestima. Para mí el casarme con Marta fue realmente un triunfo, era la única mujer de la oficina y nos la disputábamos toda la plantilla, pero claro, ella sucumbió ante mis encantos, no es que me considere un tipo guapo, eso sí bastante resultón y muy atractivo, mi madre se ha encargado de que esté seguro de ello. Sabía perfectamente que era lo que le gustaba de mí, mis labios, más carnosos que los del tío del anuncio de un conocido “vermouth” y mi maravilloso “paquete”, algo totalmente impresionante, creo que fue esto último en lo que se basó para empezar a salir conmigo, la cama es mi medio por naturaleza y francamente creo que se me da bastante bien, ella misma me lo corroboraba en nuestros encuentros sexuales, siempre me gritaba ¡más, más! Recuerdo nuestra 1ª cita como mi mejor cita con una mujer, realmente romántica, nunca he vuelto a tener otra igual, ahora todas mis citas se basan en el sexo, todas tienen ese objetivo: acostarme con Rita, con Katy, con Merche, en fin…

Nota: Este es fragmento de uno de mis relatos favoritos. Creo que irónico y divertido. Desde luego espero que no todos los hombres sean así a pesar del título, pero a este personaje a pesar de los pesares le cogí cariño. Os lo dedico a mis seguidores, gracias por estar ahí.