lunes, 21 de febrero de 2011

Dartagnan.

Eran tres, como "Los tres Mosqueteros", pero sólo uno merecía la pena, como "Los tres Mosqueteros". Ya llevaba tiempo obervándolos (cinco minutos a los sumo) apoyados en la barra de un bar y saqué mis conclusiones. El número uno, un buen referente del género masculino, el gracioso del grupo, aunque no estaba mal, de los que los mandas a la mierda en un momento determinado y son capaces de volver. El número dos, el que te envuelve con su palabrería y sus gestos, es capaz de llevarte a la cama y tú o darte cuenta hasta que te la ha metido, todo un genio del buen hacer, a este lo mandas a tomar por culoy es capaz de quedarse allí para siempre y entonces claro te arrepientes de haberlo mandado, por lo que te puedas perder en un futuro. Y el número tres, siempre dejo lo mejor para el final, este reúne todas las condiciones de los dos anteriores y además tiene unos dedos largos de los que te gusta que no te paren de tocar, una boca de esas que en el último sitio que quieres sentirla es en la tuya porque antes quieres sentirla en otras partes de tu cuerpo, unos ojos muy oscuros y provocadores de esos que sin decir palabra te lo han pedido todo. Y tú...altamente generosa para que le vas a hacer sufrir y piensas "¿Por qué no disfrutar de él?" Para entonces le has mirado tanto y tan insistentemente que el tipo ya se ha levantado de la barra y se dirige a mí, claro yo pedazo de cabrona vine sola, sin competencia, sin la graciosa y sin la dueña de la dialéctica, así que él no podrá elegir y si quiere algo va a tener que ser conmigo con la Dartagnan del grupo, así que en guardia y desenvaina...